1 de octubre de 2007

Alejandra Laurencich, el jueves, en Eterna Cadencia


Veo esta invitación y me vienen tantas imágenes que no puedo dejar de compartir algunas.

Sé que Ale no es amiga de esto de exponerse, pero también sé que disfruta con mi memoria de gemela que registra y archiva .
-¡Noooo! ¡No me acuerdo de eso!- dice ella a veces-.
¿En serio?-le contesto yo otras-.
Y así nos podemos pasar las mejores tardes de nuestras vidas, chupándonos unos buenos mates, y recordando.

Una de las primeras imágenes que se me presenta es Ale chiquita, no tendría más de 10, 12 años, diciéndome: -Pst! Vení que te cuento, -y nos encerrábamos en nuestra habitación oscurecida totalmente, con la excusa de una buena siesta-. Allí desgranaba sus historias, mientras yo acotaba alguna cosa o sólo escuchaba, hasta que llegaba implacable la pregunta final que me ponía en el brete de decir la verdad más verdadera:
-¿te gustó?
-Si-decía yo invariablemente- sólo que me hubiera gustado más....-y así Ale, me narraba otra de sus historias a pedido-.¡Qué placer!...hasta a veces las narraba con las voces de sus personajes, hombres y mujeres, madres y adolescentes... pervertidos y santurronas...
Qué lindos tiempos. Tiempos en que podíamos engañar a casi todo el mundo, con nuestra imagen de niñas respetuosas y aplicadas, total la fiesta la hacíamos a puertas cerradas.

Y digo casi a todo el mundo, porque teníamos una especie de escucha , en nuestra escuela, que en sexto grado amagó abandonarnos, dejarnos sin su par de atesoradas orejas, pasándose a una escuela de monjas, y no nos dejó otro camino que enfrentar a nuestros padres para que también nos cambiaran de colegio, dejando el cercano y familiar por otro que quedaba en un barrio más allá, y del cuál no teníamos ni la mínima referencia.

Pero lo conseguimos, todo era por seguir narrando nuestras historias, que se dearrollaban junto a nuestras hormonas adolescentes, y ya no eran tan "ingenuas".
Creo que para esa época había salido el Varón Domado, y nos preguntábamos qué era lo que tanto escandalizaba de su léxico, si el nuestro tenía mucho mayor voltaje erótico, que no era para nada lo mismo que decir pornográfico.

Así , siguen apareciendo imágenes, Ale ya casada, mudada a Mar del Plata, diciéndome: -Pst!, Diana, vení al coche-ni su marido estaba al tanto de esas historias-.

Me acuerdo el día en que le planteé seriamente que debía escribir todo aquello. Para ese entonces ella ya tenía una hermosa beba, y el punto de encuentro era una pañalera que había abierto en la calle San Juan, donde lo que menos hacía era vender pañales, sino encerrase a "pensar" en sus historias, para poder contármenlas, ya que por esos días me convertí en su única interlocutora. ¿Saben qué me contestó?...-Ni loca, se llega a enterar Marcelo-su marido- y va a pensar que estoy loca...

Al poco tiempo, todos nuestros amigos, leían su novela de 1300 páginas, que luego fueron 600, y luego 200 si mal no recuerdo.
También todos hacíamos ruedas para escuchar sus primeros cuentos, y cagarnos de risa, Ale sacaba toda su ironía y su humor y nosotros la aplaudíamos.

Me acuerdo que las reuniones eran en las cocinas de las distintas casas...nos hacíamos un mate para escuchar un nuevo capítulo de Ale, escuchar lo que opinaba el Turco, ahora en Brasil, Damián, ahora en Los Ángeles o Valdi, en Lanzarote... sentir que por fin empezaba a brillar su luz, después de casi veinte años de oscurantismo.

Por eso, cuando veo esta invitación, es más, cuando junto sus libros y los pongo uno al ladito del otro, miro los lomos, veo las tapas, leo Alejandra Laurencich, me da como una especie de juguito en la garganta, el juguito de la felicidad, le llamaba yo de chica.

Cuando presentó el pimer libro, Coronadas de Gloria, yo no estaba en el país, vi las fotos y lo imaginé todo, ahora, a punto de presentar el segundo, y en un lugar tan bello como es Eterna Cadencia, estoy ansiosa. Como las madres cuando las hijas se le van a casar, supongo, o como cuando está por llegarnos un amante desde el extranjero.

Quiero estar ahí, me reservo mi opinión de lectora, pues está en estos momentos cargadísima de recuerdos, el ultimo de ellos es un cartel que Ale tenía pegado en la cocina de la calle Argerich:
Un viaje de 1000 años comienza con un solo paso.
Ale lo dio, y hoy festejamos todos los que la queremos el que lo haya dado.

A tu salud , Ale, que vendas mucho, y a los que lean esto, no se pierdan el primero por favor, de editorial Galerna:
Coronadas de Gloria,
o vivamos así
o juremos con gloria morir.

7 comentarios:

Cielo dijo...

Decís que a tu hermana no le gusta exponerse, pero cuando los libros están en la calle ella ya está expuesta, y para eso hay que ser valiente además de talentosa.En la calle suele hacer más frío que en las cocinas de las casas, pero también es cierto que el primer paso que hay que dar para salir al mundo es salir a la calle. Seguramente vos tenés el valor agregado de los recuerdos tibios y eso te hace una lectora diferente.( Ni hablar de la mellizés). Hacés bien en dejar la opinión para nosotros, los desprevenidos.

Anónimo dijo...

Diana, cómo va? que lindo el comentario sobre tu hermana , me encantó leer-lo!!!! un beso

gustavo

Danixa Laurencich dijo...

Gracias Cielo,es cierto lo que decís, la calle es dura, y Ale fue valiente al sacarse las pantuflas para salir a caminarla.
Lástima que no puedas venir, sé que te gustaría estar ahí, como a mí tenerte cerquita.

Gustavo,a mí me gusta leer-te!
beso
Diana

María W. dijo...

Danixa, disfruté tu escritura llena de olores, luces y sombras. Un placer. Además, me llena de curiosidad, de ganas de leer también a tu hermana.
Agradezco tu invitación y me quedo con las ganas, de verdad. Compromiso tomado. Tal vez podríamos vernos antes... no sé hasta cuándo te quedás. Si tenés ganas, mandame mail.
BESO

Danixa Laurencich dijo...

Gracias María, por descubrir lo uno y lo otro...lo oscuro y lo claro en este texto.
Te escribo.
Besote

daniel cimadevilla dijo...

entro a tu blog para decirte lo bueno que está que tu melli publique, y veo el comentario de María Wernicke, hija de Enrique Wernicke!, de quien acabo de leer "Los que se van" en el blog de Valdi (y me prometí, leerme todo lo que haya publicado), y presumo una conjunción astrológica mas que interesante, de esas que me gustan...

un beso
otro para la "twin"
y posteate unas fotos del evento

Danixa Laurencich dijo...

Sí por supuesto, el eevento será ampliamente cubierto por mi pluma y mi cámara! jaja...
y lo de Wernicke, es increíble, sí...no pasé ahora por el blog de Valdi,pero el adora a Wernicke padre,
y esas conjunciones se dan entre nosotros, a veces a nuestro pesar.
Le mando un beso a Ale, de parte tuya!
Y leete algo de ella que te va a gustar!