25 de noviembre de 2006

a Antón Piñel


Qué lindo suena no?

Yo trabajaba como recepcionista de unos bungaloes

en España.
De siete de la mañana a tres de la tarde.
Y de cuatro a nueve en el Casino.

Estaba perdida , realmente perdida
en el limbo del autoexilio
económico.
No era yo,
era una autómata que me duchaba
salía a trabajar, miraba el cielo , alguna estrella
o la luna sobre Africa,entraba en una recepción,lidiaba con guiris,
salía, contaba la cantidad de aviones que pasaban sobre mi cabeza
mientras yo esperaba la guagua (bus) que me llevaba
al casino.
Saludaba a Rigel, que ya estaba ahí,
un cubano simpatiquísimo,
me cambiaba el uniforme y salía a atender
la recepción del casino, así,
hasta las nueve de la noche,
cuando salía,
caminaba dos km entre palmeras

y guiris cenando a la orilla del mar,
y llegaba a mi casa,
besaba a Baltasar, comiámos
y nos dormíamos,
soñando con un futuro mejor.

Pero un día,
atendí el teléfono en la recepción,
y escuché una voz plácida,
profunda y bella.
Pidió hablar con mi jefe, el director.

Al rato, tenía al director en la recepción,
diciéndome, me llamó el nuevo dueño,
viene en enero. Se llama Antón Piñel,
cuentan que
se cruzó la cordillera

de tu país a lomo de caballo,
durante dos meses.
Es un personaje.

Pensé en un héroe,
San Martín,
libertador de América.
Creí que esas cosas
eran sólo leyendas.

Y en enero vino, Antón.
Vasco,"gaucho vasco-argentino",

La primer imagen que tengo grabada de él,
es calmando a su nieta, pequeñita,
al borde de la piscina, entre las palmeras
que se sacudían en un enero frío, raro.

La segunda, una mañana que vino a la recepción,
y me preguntó si yo era la "argentina",
(por esa época tenía el pelo supercorto y blanco).
Hablamos de libros

y cultura, y qué hacer en Lanzarote,
para incentivarla.

Antón me devolvió mi dignidad.
Diana volvía a ser Diana,
en un ámbito que nunca había estado.
Diana conectaba nuevamente ,
en un hotel frente a África,
con el arte.
Los circuitos neuronales ensayaban una nueva
mezcla:
Turismo, cultura, ambiente.
Por qué no?

Antón, me compró cantidad de pintura,
me habló de Mikel Laboa,
me prestó libros de Sepúlveda,
pero sobre todo, me

devolvió la libertad
de los que vuelan,
y sueñan,
y son felices haciendo lo que les gusta,
aunque sólo sea un rato.
por eso cada 25 de noviembre
recuerdo su cumpleaños.

Feliz Cumple Antón,
oajlá que sigas ganándole
carreras a la vida!

( en la foto, la sala de arte que armamos con Antón, en el hotel, la inauguramos con una muestra mía, en la foto se ven dos obras que él me compró)
¡Las flores que tenemos con balta son para vos Antón, sé que no te gusta aparecer, estuve tentada a poner alguna foto tuya!

8 comentarios:

V a l e n t r i n i t y dijo...

que bello relato y es perfecto para enviárselo a una querida amiga pintora que partió a ibiza a servir mesas.

Danixa Laurencich dijo...

gracias valen...mucha fuerza a tu amiga.

Anónimo dijo...

Hola Diana, me lees el pensamiento. Había decidido enviarte un e-mail para pedirte información sobre la Fundación Nautilus y datos sobre el propietario del complejo de bungalows de mismo nombre.

Me gustaría hacerle una entrevista. Hace como un año que soy cliente del complejo y he tenido ocasión de admirar algunas de las obras de arte que posee. Una tuya, sin ir más lejos, ilumina la recepción...

En fin, si puedes ayudarme... te lo agradecería.

Besos para tí y Balta

Rafa

Diana Laurencich dijo...

Rafa,te paso el mail, como no!

mr.ed dijo...

muy bueno el post con toda esa anécdota del exilio económico y la expo

Danixa Laurencich dijo...

gracias ed!

Heriberto dijo...

Vengo conociendo y me encuentro con tus letras y con esta historia estupenda, todavia queda esperanza, todavia hay vida despues del 9 a 9.
Un saludo.

Danixa Laurencich dijo...

gracias heriberto por tu explicación del 9 a 9, (horario de trabajo)!
abrazo