11 de noviembre de 2007

Las penas son de nosotros , las vaquitas son ajenas.



Hay una película muy tonta en la pantalla del micro.
Yanqui y tonta.
Miro por la ventanilla y veo el campo argentino pasando veloz en alambrados y nubes gordas.
El micro viaja tan rápido como pasan mis recuerdos de un viaje a Buenos Aires.
Veo la cara de mi nena, queriéndome explicar lo inexplicable.
Otra vez ser la vocera presidencial.
Otra vez meterme en asuntos que no me deberían incumbir.

Creo que ella no comprende por qué se fueron si acá eran tan felices los tres. 19-1-93

Me pesa el abandono. El no haber estado, el no estar.
Quiero rescatar del infierno de delgadeces y confusiones a mi nenita.
Los ojos verdes grandes, negando todo.
Y mis ganas de un abrazo sin palabras,
pero el deber se impone y no se junta con el abrazo.
¿Deber de qué, me pregunto hoy con los ojos de sapo?
Puede un ser humano salvar a otro?

Pasan los alambrados donde murió el bailantero, hace años, pasan las casillas prefabricadas ,
como muestra de algo que se hace con esfuerzo. Y la indigencia.
En el medio un Mac Donalds se impone con sus arcos dorados.
Imperialismo al que estamos acostumbrados los latinoamericanos.
Un puente de piedra y una leyenda: Cristina presidente.
Y tachos de basura desbordados,
y fábricas con más alambrados que parecen cárceles.

Techos con membrana por si llueve.
Pensar que todo ésto era el "desierto" para el General Roca.
El Roca que hoy figura en los billetes grandes, en los de cien.


Los indios Quilmes vivían por acá en equilibrio
con una naturaleza inhóspita para clases sociales refinadas,
civilizadas, de medias blancas y clubes sociales,
que ostentaban su abolengo en carnestolendas.
Los inmigrantes dormían en conventillos malolientes
o cuidaban de sus hijos. Los hijos de las
veintiocho familias que se repartieron el "desierto" argentino ,
arrebatado a sus dueños en el
gran genocidio que hasta hoy se sigue olvidando.

Vestidos de Sweet Dreams...
hasta los disfraces tenían nombres en inglés,
No sonaba tan bien decirlo en quechua, apu, kurá ,
el inglés era más glamoroso,
o el francés,¿por qué no el francés? ...
Conversaciones crudas como palabras sin tuco, y en el medio un muro, que nos separa
,cada vez más, no parece un sueño.

Viene la zona de los countries, la que más aborrezco, con cementerios para animales, el colmo de la idiotez, gente enterrando animales en cementerios privados,
cuando en el mundo los críos de barriga grande y bracitos flacos se pudren al sol para darle de comer a los cuervos.
Y la cadena trófica se invierte
productores comiéndose consumidores...

Llegó carta, llegó carta!...gritaba mientras corría escaleras arriba de Concordia. 14-8-92

¿Cuándo fue que dejamos de entendernos? ¿Cuando dejé de llegar a tu corazón, cuándo de cuidarte, cuándo la primera mentira, la última desconfianza?
Puedo ver la tristeza en tus ojos como podía sentir que tu cuerpo se ablandaba rindiéndose a mis nanas,hace años,bajo el nogal , el sol en tu carita, para poder más que tu fuerza de torbellino.

Los extraño, dijo llorando, y bajó en la Exposición Rural , con un abuelo, que se comía las lágrimas. 18-7-92

Y los aviones que cruzaban el cielo, llevaban a ese par de imbéciles que habían metido amor a racimos de uvitas pasas en el corazón de ella.
-No encuentro el Reno que me trajeron de Praga, ¿sabés?
No , no lo sabía. Y me entristece como me entristece ver sus ojos y su figura, en este mundo tan violento,
desamparados y frágiles, haciendo collares de cuarzo para dar energía ,en el plexo solar, mirando los viejos Simpson, sonriendo sin ganas, con la voz débil, sin gritos, suave, jurándome algo que ni ella se lo cree.
Tiene un cumple en el Fuerte Apache, donde me dejaron los chorros hace años, despojada para siempre del dominio sobre mi vida.
- No pasa nada...me vienen a buscar.

Pasan las vacas, y los cardos,
Recuerdo a Carlos Reboratti:
Hasta el cardo salvaje es importado.
Lo trajeron de Escocia. El humilde cardo de nuestras pampas.

Y llega el campo nomás...extenso como mi pensamiento...gris en el fondo, allá donde el cielo se junta con el yuyo.
Quizá hoy llueva, y lave el dolor de mi corazón.Y la bendiga a ella, con el agua limpia de los pueblos que ama y reproduce en su cerámica, y se haga fuerte, como una Apache, pero sin exponerse más, sin andar como funámbula en el filo de la vida.

Gracias por el cartel. Es un buen viaje. La revoluzione siamo noi.

El tema es de los Divididos, versión libre de un poema de Atahualpa Yupanki: el Arriero.
La foto es de Valdi.
El escrito es mío, de Cardo y Revolución.


8 comentarios:

Anónimo dijo...

me hiciste llorar, anoche y ahora, espero que muy pronto se aclaren las cosas y todo vuelva a ser como antes. besos, yo tambien te quiero. rocio

daniel cimadevilla dijo...

presumo historias íntimas, que no debo ni quiero saber...
la manera del escrito alcanza para hacerme disfrutar...
tal vez debieras hacer un libro ilustrado...
me gustaría mucho leerlo-mirarlo...
hasta te digo que lo compraría, seguro lo compraría...

un beso

Danixa Laurencich dijo...

La intimidad Cima, no existe...son historias tan cotidianas, tan de heroínas y generales, de grandezas y flacuras, que se hacen universales.
No importa mucho lo íntimo, importa lo que descubrís a tientas, de ese mundo oscuro y debilitado, en el que nos movemos los héroes cotidianos.

Ro, hoy cuando llegué a la facultad y revisé el blog, busqué tu anonimato, tu mensaje, tu hermosa comentario (yo no sé que poner, ¿te acordás?)y estaba, gracias por eso, por estar y entender, aunque nada se pueda aclarar como a uno le gustaría...

el gran pablinew dijo...

Excelente texto, me encanto las verdades que decís y la forma en que las contas...quede un poco bajoneado, pero es la realidad que nos toca vivir y el país que nos toco nacer. Algun día cambiara algo?
Saludos.

Danixa Laurencich dijo...

Para eso estamos , para intentarlo...gracias Pablo!

Mauricio dijo...

Hola amiga,

vine nomas para dejarte un beso y un abrazo.

Que esten bien :o)

Danixa Laurencich dijo...

Hola Mauri, qué bueno que hayas venido , es como volver despacito a ver qué pasa , después del dolor, después de lo inevitable de ese dolor, no?
un abrazo y mi corazón con vos...

Anónimo dijo...

Mi niña, agarrada a tu Chernobyl seguí sacando la lengua que la luna esta detras.
Te quiero.