

El otro día vino la mujer del farmaceútico, tenía un traje de arlequín, y maquillajes.
Me divertí, con la aparición de su otro yo.
Aquí está el resultado.
Gracias Miri, por dejarte hacer...
Anduve de viajes, Neuquén, Tierra del Fuego, Laprida, de ferias de libros......En fín, como siempre, la vida. A veces una de cal y otra de arena, a veces dos o tres de cal que enharinan o cinco de arena que te sepultan.La vida
...Pero quiero compartir con vos el hallazgo de mi varita mágica.Leí que un grupo de artistas franceses, dispuestos a desacelerar la locura del mundo decidieron salir a susurrar poemas al oído de la gente. La idea me pareció bellísima. Adherí a ella y me hice un susurrador.
Un tubo de los de tela que se tiran en las sederías; más o menos de 1,40m. de largo. Lo pinté con aerosol negro mate y me fui a probar a la inauguración de una muestra muy concurrida en el MAC. Sin comentarios, vestida de negro, susurrador en mano, fui susurrándoles pequeños textos poéticos a unas 60 personas. Verles las caras a medida que el texto pasaba desde mi boca hasta el oído de las buenas gentes me fascinaba y me impulsaba a seguir.En la semana siguiente recibí 12 palomares de gente que agradecía el susurro.De ahí en más no he parado de susurrar, Diana de mi corazón. En mis talleres de Laprida todos los participantes-cerca de 30- se fabricaron su susurrador y en la muestra final les susurramos al público. Ya andan por todo el país. Y así en Tierra del Fuego y en todo sitio por donde ando coordinado talleres o contando cuentos la idea del susurrador se multiplica.Tengo anécdotas maravillosas. Ésta es una de las más conmovedoras: Regresando de Buenos Aires a Bahía iba hacia la terminal de ómnibus en un taxi donde el conductor, un hombre mayor, se quejaba de tener que seguir trabajando hasta la madrugada. Hacía muchas horas que no veía a su mujer, me decía.Imaginá la escena. Iba yo sentada con mi bolso y mi susurrador en el asiento de atrás y sin pensarlo dos veces alcé el tubo y le dije que le iba a regalar una coplita para que se la dijera a su mujer cuando llegara a su casa. Y ahí nomás le susuré:Pan es panqueso es quesono hay amorsi no hay un besoAl viejo, que al principio el tubo le habrá parecido una especie de cañón, le cambió la cara y lo emocionante es que cuando llegamos al semáforo sacó una libretita y me pidió que le repitiera la copla y se la anotó. Para decírsela a mi mujer, dijo.
¿No es una maravilla?Te lo cuento porque ya estoy imaginando que la idea te encantará y te unirás a los susurradores que andamos por este mundo apostando fuerte al poder de la poesía.Maravilla tu blog que he vuelto a disfrutar en estos días.Te quiero, te abrazoMirta
"Una amnesia empedernida parece ir infectando a los norteamericanos, en la medida en que se dedican a demoler un país que pocos de ellos pudieron haber hallado en un mapa hace un par de meses atrás."
Pablo Picasso tiene palabras para Colin Powell desde el otro lado de la muerte.Extraje, como les dije, algunos versos, es un poema extenso, doloroso y bello, como las 269 páginas que recomiendo leer para después opinar.
Sí, aún acá, acá más que nunca
más que antes,
sabemos y miramos lo que pasa
lo que Ustedes están haciendo
con el mundo que les dejamos.
¿Qué otra cosa hacer con nuestro tiempo?
Sí, allá estaba, Colin Powell,
allá se encontraba Usted
parado frente a mi Guernica
una réplica es cierto
y sin embargo mi visión
de aquello cayó
sobre los hombres y sobre las mujeres
y sobre los niños los niños
más que nada sobre ese niño
en Guernica ese día en 1937
desde el cielo.
Claro que Guernica ya no estaba.
La habían cubierto, nuestra Guernica,
cubierta para que Usted pudiera hablar.
Allí en el edificio de la ONU en Nueva York.
Para que pudiera hablar sobre Irak.
Para que Guernica no lo molestara.
.....
ten cuidado cuídate
cuídate del ojo del niño
en lo oscuro
te has de juntar con nosotros
con el niño y conmigo
con el caballo y la madre
acá al otro lado
te nos vas a juntar luego
en un viaje que todos hacemos
todos
Colin
Colin Powell
....
Usted y yo
sí entonces sí
podremos descansar
Usted y yo
Usted y yo y el niño que murió.
Desde esa ventana al mar, desde Lanzarote, la isla donde vive, que es políticamente España y geográficamente Africa, a pocos días de subir al avión que lo traerá a Buenos Aires como miembro del jurado del Premio Clarín, Saramago responde las preguntas de Ñ sobre qué lo lleva a escribir, sobre la lectura hoy y sobre la literatura que vendrá. No es fácil entrevistarlo, quien lo haga debe saber que es probable quede ligeramente en ridículo. Porque como siempre, Saramago es sencillo, contundente y conmovedor...
...«p-¿Sigue buscando algo en la literatura? ¿Qué busca?
«r-Como cualquier otro lector, o escritor, me busco a mí mismo. Busco encontrarme en páginas, en ideas, en reflexiones, reconocer que somos algo más que esto que se presenta como "realidad", ése sigue siendo el mayor deslumbramiento.
Más vale tenerla de amiga, a la muerte digo,
más vale dejarla hacer,
no molestarla.
Un pesado fardo el que lleva : cuidar del tiempo.
La exactitud con que nos pasa a buscar.
Creo que es el trabajo de mayor constancia.
Todos pasamos por su despacho, si es que lo tiene.
Todos alguna vez somos nombrados, si su voz nombra.
Todos barajamos cartas,
y alguna vez perdemos.
Ella debe saber cuándo y con quién ganar.
Siempre.
Mas vale no molestarla.
Cuando escribí esto el viernes pasado, no entendía por qué lo hacía, no estaba pensando en la muerte, me preparaba para acompañar a mi viejo a un estudio al otro día, bien temprano, y no podía dormir, tuve que escribir , como digo yo, a contrapelo de uno mismo. Era como la una de la madrugada.
Al otro día, después de lo de mi viejo , volví y llamé a mis hermanos para contarles cómo fue todo. El que está en Alemania, me contó un sueño, que soñó a esa misma hora, donde la muerte lo molestaba a él, pidiéndole que se acueste en un ataúd, para pasar al otro lado.
Le pregunté : -¿Te metiste?
-Si,... pero sentado!
No seguí indagando con mis otros hermanos, ni con la gemela, ni con nadie, sólo pensé en eso tan raro, yo escribía y el soñaba.
El cuatro de octubre, lo tiraron abajo, antes de partir , Balta y yo , sacamos estas fotos.
Cuando llegué a Buenos Aires, tenía una tristeza enorme, por papá que se quedo viendo eso sólo, por no sé... la historia es que escribí esto para Ale, y aquí termino la saga de la Fiesta Iluminada.
..Es Octubre que manda en la calle
Son los cambios que deben llegar...
Profecía o no , Roque Narvaja sonaba a todo volumen con su voz cascada bajo el tubo fluorescente de la piecita de Beiró. Luz blanca que nunca nos gustó. Te gustó.
No sé qué hacíamos. Soñábamos seguro. Pintábamos, análisis para Festino.
...
Son los cambios que deben llegar.
Esta mañana cayó el muro del terreno que el nono siempre quiso comprar y nunca le vendieron. Con él cayó el mural de la estrella, la luna y el barco de manzana.
Papá también había caído ayer porque perdió el rumbo me dijo. Hoy asustado, apenas levantado miraba despacio los pedacitos de estrella que en la pala amarilla y con un ruido infernal, se mezclaba con la tierra, los yuyos, y las flores.
-Lágrimas de virgen –así dice Amalia-, susurró bajito.
Una niebla intensa como de San Francisco en su día nos velaba la escena. Es cuatro de octubre. Se presenta el libroy tus pesados ángeles y santos revolotean en este aire de plomo. Tantos hay, tanto pesan.
Dejamos a papá en Mar del Plata bajo una llovizna perenne, como diría alguna maestra. Él ni se dio cuenta, seguía mirando la pala mecánica.
El chofer que nos trae habla de una huelga inmensa, de maestros que reclaman por Fuentealba a seis meses de su asesinato.
Es octubre que manda en la calle.
-Es bueno extrañar- dice Rocío en Buenos Aires. Justo a Valdi que llama desesperado desde Lanzarote. Para saber dónde estaba yo, dónde su hijo. No nos encuentra.
-Es bueno extrañar un poco- dice Roci que ayer soño , como Balta, que Valdi volvía. Pero él no está y llora como las flores y me grita, tiene ganas de estar acá, en o con su Eterna Cadencia, o con su nieta que cumple años.
La tía baja a saludar y a espiar, como siempre. Tiene los ojos tan rojos que casi no se entera. Es llorona para adentro. Hizo pizza para rejuntarnos a todos, pero le salió mal, nadie va a comer esta noche, parece que octubre no sólo manda afuera.
Como escribiste hace poco, antes éramos cuatro mujeres preparándonos en esta casa, ahora somos “tres viudas negras” sin muerto. Tristes cada una por su amor y su dolor. No lo sabemos explicar.
Así nos iremos , bien peinadas a esa librería , perfumada de olores viejos y libros nuevos, a festejar tu libro, a verte con tu rosácea y tu pelo planchado. Linda.
A decirte presente aunque nuestras almas vaguen hoy por un extraño pasado.
Diana , 4 de octubre de 2007
25/9/07
Cuando vivía en España me encantaba leer a Elvira Lindo y "Su tinto de Verano",
Era un libro que sacaba hacia junio, julio, cuando empezaba a sudar , y Madriz quedaba vacía.
Todos los años un tinto que se leía fácil, como se bebe un tinto azucarado y con hielo.
En él, ellos, contaba , casi, su vida. Y en ese casi, residía la genialidad de Elvira Lindo. Nadie sabía qué era verdad y qué era inventado, si el marido era cornudo , si ella estaba cachonda con el fontanero o si sus hijos se drogaban.
Por eso, cuando lean mi blog, piensen en que ella es mi mayor inspiración, y no se atosiguen con las mentiras que siempre terminan siendo verdaderas, ni se crean las verdades, que ellas cambian de dirección, como las ideas de la cabeza de Man Ray.
2/10/07